lunes, 8 de junio de 2009

Sexualidad (y II)

Foto José M Perozo P. 2009


Las sensaciones que experimenta nuestro cuerpo están atravesadas por la cultura y los aprendizajes sociales, pues reflejan relaciones socioculturales y los papeles sexuales presenten en las estructuras que rigen los vínculos entre el hombre y la mujer.

La unión integradora entre la concepción y el sexo más allá de la unión física, son señales positivas de una sexualidad sana.

La sexualidad nos lleva a comprender que la unión física de la concepción es diferente a la consecución saludable del orgasmo.

Es importante que nuestros hijos comprendan que cuando hablamos de sexualidad hacemos referencia al ser humano de forma integral, mientras que cuando nos referimos a las relaciones sexuales, aludimos a una de las expresiones de la sexualidad.

La orientación de la sexualidad no puede obedecer a extremos, o somos muy liberales o muy conservadores.

La sexualidad implica responsabilidad, respeto, aprendizajes, amor. No debemos utilizarla como excusa para abusar del sexo contrario, ni pretender satisfacerla con abuso de la posición, el poder o cualquier otro signo de obediencia.

La sexualidad implica el aprendizaje sobre nuestro concepto del individuo que somos y de nuestro papel en la sociedad.

Más aun no formamos a nuestros hijos en la sexualidad solo cuando hablamos de sexo. El aprendizaje de la sexualidad implica todos los aprendizajes que recibimos durante toda nuestra vida.

Por ejemplo cuando solicitamos responsabilidad y consecuencia con sus actos, los preparamos para afrontar la sexualidad con responsabilidad y respeto.

Como padres solemos resumimos la sexualidad a temas relacionados con los genitales (genitalidad) o sexo, más que con un enfoque que abarca el desarrollo de la afectividad y el crecimiento integral del adolescente.

La sexualidad tiene importantes implicaciones sobre los sentimientos, sobre el respeto sobre nosotros mismos y las demás personas y sobre la construcción de vínculos que nos distinguen como seres humanos.

Es importante que como padres preparar a nuestros hijos acerca de las presiones de los grupos acerca de la genitalidad y las relaciones sexuales. Si formamos a nuestros hijos sobre la base de una sexualidad integral, ganaremos juntos las presiones que en la escuela, y en otros grupos se dan.

Socialmente estimulamos en las mujeres el sentido de lo romántico, mientras que en los hombres se desarrolla lo sexual de manera directa.

No hemos cambiamos en esencia los patrones de aprendizaje sobre la sexualidad, que en ocasiones criticamos y seguimos reproduciendo conceptos como machismo y estereotipos de lo femenino y lo masculino.

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