Dos términos que indican actitudes que definen a quienes en la seguridad de sí mismo asumen la construcción del día a día como una labor llena de relaciones de intercambio que, partiendo de las percepciones propias, en ocasiones esta condicionada por las circunstancias externas que rodean o en las que se da la comunicación que se establece en las relaciones de pareja, la amistad, el trabajo o en la familia.
La comprensión es la actitud tolerante para encontrar como justificados y naturales los actos o sentimientos de otro. Es en este momento nos percatamos que la comprensión va más allá de “entender” la conducta y las circunstancias en las cuales se da, es decir, no basta con saber que pasa, es necesario dar algo más de nosotros mismos para lograr la comprensión. No es sumisión o dominación o la complacencia. No caigan en equivocaciones.
La comprensión tiene la razón objetiva para evaluar comportamientos y emitir juicios para aceptar o no el comportamiento observado. El evaluar nos permite ubicar el comportamiento en su justa medida, por lo tanto, la comprensión nos lleva a proponer, sugerir o establecer los medios que ayuden a los demás a superar el estado por el que actualmente pasan.
El ser tolerantes no significa ser condescendientes o complaciente con la personas y sus actos o hacerse de la “vista gorda” como si nada hubiera pasado. La mayoría de las veces los sentimientos juegan un papel importante y debemos ser cuidadosos.
Una persona exaltada, triste o francamente molesta está sujeta a la emoción momentánea, lo cual reduce su capacidad de reflexión, con la posibilidad latente de hacer o decir cosas que realmente no piensa ni siente. Cada vez que alguien pide comprensión, a través de palabras o actitudes, busca en nosotros un consejo, una solución o una idea que lo haga recuperar la tranquilidad y ver con más claridad la solución a su problema.
La tolerancia debe traducirse como la confianza que tenemos en los demás para que superen sus obstáculos. Ser tolerante significa respetar y aceptar la existencia de otras formas de pensar, creencias o ideas diferentes a las nuestras.
Es aceptar la divergencia de ideas y pareceres, sin que ello menoscabe las relaciones entre las personas.
La tolerancia más que socavar las relaciones, las fortalece y nutre de la amplitud de pareceres y opiniones contradictorias que se producen en las relaciones humanas.