A la felicidad no se llega ni se le busca.
La felicidad es una manera de ser, de encarar a vida llenos de fe y esperanza en lo que somos y creemos. En lo que hacemos.
En nuestro amor al prójimo, tanto como a nosotros mismos.
Seamos realistas y no nos engañemos, nunca daremos sentimientos que no sentimos por nosotros mismos. Comprende y decide tus objetivos y planea tu vida, solo tú conoces el camino emprendido.
Evita el fatalismo y cultiva el optimismo.
Aprende a pensar, cultiva la inteligencia y el amor como factores de crecimiento espiritual. La felicidad es una manera de ser y comportarse; Se aprende y comparte.
Ese es mi camino, de sueños y realidades compartidas.
Ser feliz es estar bien consigo mismo, en sintonía espiritualidad y con la conciencia de lo que toca vivir, de las incertidumbres necesarias para generar cambios que nos lleven probarnos que somos capaces de actuar en armonía con el ambiente y nuestros semejantes.
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