Competitividad.

Calle de Cabimas. Foto José M Perozo P

Consideramos la Competitividad como estrategia organizacional enmarcada en valores orientados al beneficio del personal y clientes, logrando la sumatoria para fomentar el bien social.

En estricto sentido, la competitividad no implica una lucha desleal entre las partes, ya que sus principales valores para el logro de la productividad y satisfacción del cliente, son la veracidad, el compromiso, honestidad y lealtad social.

Es importante deslindar la competitividad de la incorrecta idea de ganar-perder. La competitividad resulta ser una manera de actuar, pensar y hacer dentro de la cultura de ganar-ganar y de la contribución al bien común.

La competitividad no es producto de la casualidad ni surge espontáneamente. Se desarrolla a lo largo de un proceso de aprendizaje y negociación de grupos que configuran la dinámica de la conducta organizacional.

El aprendizaje para encaminarse a la Competitividad involucra a empresarios, técnicos, obreros accionistas, clientes, proveedores.

En el contexto extrasocietal de la organización la competitividad involucra al gobierno y la sociedad en general como modelo normativo de la relación entre los hombres.

Esta primera parte se corresponde a la Teoría Gerencial; Pero, en el temario que ocupa este Blog, la competitividad forma parte de la actitud humana; Es fundamentalmente una táctica, una estrategia que se aprende desde los primeros juegos infantiles, la conquista del primer amor, ser el primero de la clase del kínder para lograr la atención, eso somos, tácticamente competitivo como recurso fiable de sustentación de nuestro Ego.

Que tal, en la segunda parte escudriñamos el ego competitivo