sábado, 22 de octubre de 2011

Reconocerse a sí mismo en el otro, es convivir en armonía.(i)


Serie Natura y textura. José M Perozo P. 2011

Es importante comprender que la convivencia no depende únicamente de la visión, intención, interés o deseos que particularmente tengamos o busquemos de la vida. Por sí solo, aun cuando individualmente somos únicos y fundamentalmente hijos de Dios creados para con nuestra obra dar continuidad a los interminables días de nuestro planeta, no estamos solos. Es importante comprender que nadie es imprescindible para que el sol irradie su luz, solo la Gracia de la Creación de Dios.

Somos seres humanos de convivencia, que reconocemos que siempre habrá alguien que sustituya nuestra vida, irremediablemente algún día agotada en el tiempo. Pero gracias a Dios única en logros y recuerdos que serán inspiración a quienes conocerán de nuestra obra. Así de sencillo, pero como cuesta lograr la comprensión que somos seres de convivencia, que hablamos, escribimos, pensamos, amamos en función de quienes a nuestro lado trajín en este peregrinar de la vida, que se constituye en vivir cuando la llenamos de nuestra presencia irreverente, activa, pensante, enérgica en sensaciones y sentimientos, que cobran vitalidad cuando se comparten y los integramos a quienes así mismos nos inundan de su trajinar.

No estamos solos, y somos seres de vivir en vinculación con nuestros semejantes.

Qué bueno es la soledad cuando es reflexiva, critica, de análisis decisiones y realizar cambios fundamentales. Que buena es la soledad para reencontrase así mismo y retomar fuerzas espirituales e intelectuales para continuar firme la senda de vivir como se desea vivir. Mi Padre me comento una vez que él había vivido a su manera; Que hermosa lección de vida.

Somos seres complejos. Es la complejidad de quienes a fuerza de razonamientos particulares logra conjugar sus ideales con su semejante, para transitar caminos de incertidumbres, pero con la convicción que no en vano hemos recibido el don de la vida.

Debemos reconocernos capaces de triunfar, de obtener grandes logros, de aprender a aprender permanentemente, de aceptar que a cualquier edad, joven o anciano, somos seres capaces de renovarse continuamente, con las limitaciones naturales, pero humanos convencidos que la vida está allí para vivirla de una particular manera.

Reconoce que siempre habrá alguien que lo puede hacer mejor. Es cierto, no somos infalibles, el errar está presente en toda manifestación de la vida, como lo está el acertar. La diferencia la marca, la convicción, confianza y crecimiento que el Ser Humano es capaz de tener con el aprender.

Si, de seguro que siempre habrá alguien que lo haga mejor, pero cuando le toque, hágalo con la expresa intención dela honestidad y la convicción que nadie superara su esfuerzo hacia el logro.


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