domingo, 9 de octubre de 2011

Ser creativo e innovador es un aptitud (iv)


Retomo con fe en la vida,

la continuación de esta serie de escritos que apuntalan el concepto de la creación y la innovación como propias de la condición humana para dar respuesta a las exigentes condiciones del medio ambiente.

Que no se crean las mentes que a fuerza de comodidad mental, se sujetan a las condicionantes de una sociedad de consumo que se las ingenia para remitirlos al renglón de consumidores pasivos de todo lo que se haya inventado para saciar la sed de quienes a fuerza de baja estima, negando sus capacidades intelectuales o resignados a dejarse vencer ante la incertidumbre.

Si bien es una sociedad ideada para convertir al hombre en un sujeto de consumo, no es menos cierto que hemos adoptado cómodamente las bondades de un sistema sociopolítico y educativo de orientación opresora de la creatividad. Que tal, creo que el refrán reza, el muchacho que es dormilón y el papá que lo deja; cada vez es más sorprendente como dejamos a los “genios” construidos por el imaginario social dominante la exclusiva aura de creadores y/o innovadores. Cuan lejos de un obrero o un ama de casa o un estudiante esta asignarle la capacidad de dar habitualmente soluciones creativas e innovadoras al diario discurrir de sus vidas.

Los castramos, los atemorizamos o burlamos. Si lo se, mas de uno estará pensando que es muy atrevido a estas altura hacer tal afirmaciones; pero no es tan descabellado observar como se desarrolla un sistema educativo y sociocultural lleno de ideas nada innovadoras de concepción del ser humano como un creador de sus condiciones de vivir.

Volvemos a la noción inicial de este articulo en tanto que el hombre evoluciono a partir de descubrirse como un Ser que creaba su contexto de vida innovando en su contexto.

De sus propias manos genero la tecnología necesaria para llenarse de habilidades y herramientas propias de quien con inteligencia flexible, critica (…o con la denominación moderna de Emocional) logra desarrollar su entrono.

De los arboles a las cavernas, de las cavernas a las casas y de las casas a los rascacielos, pareciese, y digo pareciese, que la onda de la comodidad permitió que las respuestas creativas fueran absorbidas por un sector privilegiados por el producto comercial que respalda su “genio creador”. Lo demás es un mero destello de inteligencia que es consumido por la pena a parecer un genio.

Es oportuna la noción crítica de este segmento del artículo, en tanto se busca avivar la estima para sentirnos capaces de promover en nosotros mismos cambios significativos del estilo de vida soñoliento al cual hemos dejado que nos sumerja la propiedad intelectual. Somos creadores de actitudes y espacios innovadoras para desarrollar una conducta sustentada en aptitudes firmes en convicciones y concepciones de la vida.

Somos innovadores por naturaleza humana, puesto somos seres cuya condición de aprender y educarse es condición obligada del acto de la creación. La mente viene con nuestro empaque corporal. Viene nuevecita con su amplia capacidad para captar, imaginar, crear e innovar. A la larga, muchos de nosotros, la mantenemos intacta, casi original, pues otros piensan por nosotros.

La naturaleza humana tiene por naturaleza dudas, incertidumbres que o bien por su Fe o por la Ciencia le permiten alcanzar descifrar las incógnitas del diario discurrir de sus días. Así es la vida, que cosa tan tonta es dejar pasar la posibilidad de disfrutar de la sonrisa agradable producto de saberse capaz de transformar sus días para vivir de la forma que plazca. De reencontrarse consigo mismo como Ser observador de condiciones que aunque desfavorables, siempre esta presente la posibilidad de transformarlas, básicamente porque se esta vivo y porque mientras se tenga un poco de vida hay que bregarse la posibilidad de vivir.

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