viernes, 13 de mayo de 2011

Cada milesima de vida...


Somos convivencia que genéticamente se permite la vida en comunidad de sentimientos, sentires, pasiones, amor y fraternidad.


El entender que la vida tiene valor en sí mismo, que valemos por nosotros mismos como seres humanos que compartimos este hermosa planeta lleno de vida, palpitando de vida.


Somos esencia fluir de visiones conflictivas, evolutivas, cambiantes, seguras, si muy seguras de transitar la incertidumbre de vivir con nosotros mismos, en ocasiones pesado, pero con la entereza de que todo es tan pasajero como que vivo.

Comparto esta dialéctica de la vida encontrada en la emoción de que cada vez se que lo que se hace, en algún lado y momento llena de emociones, que regresan como luz de sabiduría.


Cada milésima del pasado es recuerdo en tanto lo buscamos en el inconsciente para recrear el presente de los acontecimientos significativos que evocamos para construir el futuro.
Si es cierto, no todo el pasado es un fardo.



Fardo es el conjunto de mitos y creencias que nos atan al pasado, limitando nuestro entendimiento para dar pasos con a ligera carga de un alma llena de amor y sin ataduras de lo estrictamente malo o lo estrictamente bueno.
Fardos que nos ciegan ante la policromía de la vida, de sus emociones; Que no sean los bichos, cocos o lloronas quienes aun asusten nuestra vida. Hoy son otros las creencias que llenan los caminos de la vida de amarguras, haciendo añicos nuestra autoimagen.
El pasado es historia de vida particular, es decir he vivido creando vida. He vivido lo soñado a base de tenacidad y cambio constante de actitud ante el camino recorrido. El pasado es pasado en tanto tiempo de vida de recuerdos significativos, a los que evocamos para reforzar la sensación y emociones.


El pasado se nos aparece de repente para llenar de fe y esperanza la vida.
El pasado sirve para vivir el presente, para saber que hemos caminado, a sabiendas que el camino fue duro, pero sirvió para aprender de afectos, emociones…
Lo vivido debe ser siempre significativo, debemos llenar los días de experiencia significativas. Son significativas en tanto que cruzan nuestro camino contribuyendo a llenar la visión de vida de amor.
Cada día es la creación de vivir lleno de la emoción y los afectos de compartir experiencias, realidades para hacer gratificante cada gesto de nuestros semejantes.
Es comprender que nos toca esforzarnos en voluntad y coraje para hacer realidad cada segundo, para soñar que cada segundo se logra con esfuerzo creativo. Que grato es sentir que lo logrado es resultado de nuestra energía, de nuestro empeño y que servirá de ejemplo para otros. Que orgullo es sentir que cada palabra que recibes la mereces, que pena cuando te llenas de glorias llenas del comportamiento fatuo. Toca la hora de construir con esfuerzo genuino, creativo, inteligente, honesto y digno el camino que deseamos recorrer.

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