Que nadie os inculque en el alma odio, rencor, envidia o maledicencia para contigo mismo o sus semejantes. El odio se inicia cuando en nosotros mismos crece la inseguridad, la envidia, desprecio y rencor por lo que somos o lo que otros han logrado con esfuerzo y dignidad.
Somos seres críticos, consientes de su realidad y de la importancia que tenemos para transcender en la vida que luchamos por construir. Somos transformadores, radicales, divergentes y llenos de pasión para amar y luchar por nuestros ideales. No aceptamos prebendas ni dadivas, ni somos aduladores. Aprendemos a aprender con la humildad de quien se reconoce inteligente, creativo, asertivo, llenos de dudas, pero con principios y valores formadores de la Dignidad de sabernos racionales, falibles, plausibles y honorables para reconocer la verdad.
Creemos en el saber creador ancestral que nos lleva de su mano, al entendimiento necesario de sabernos parte de un todo dinámico y contradictorio. Somos seres que por naturaleza poseemos la Dignidad para ser valorado y valorar al ser Humano.
Somos seres nacidoa para amar
La Dignidad de ser humano nacido para el Amor, somos enamorados de vivir, con pasión y entrega cada segundo creado como presente de un futuro nutrido en el pasado de vivir el hoy como fuente de energía para construir la vida que deseo vivir.
Amo con pasión, porque así soy amado, toco sublimemente, suavecito a quien a mi lado crece para crecer en un ininterrumpido proceso de encontrar nuevas razones para creer que vida es de quienes de forma equitativa, justa y responsable no aceptamos nada que no merezcamos por derecho propio, por el trabajo realizado, con el esfuerzo honorable de quien frente en alto, rostro lozano y conciencia libre de ataduras mediocres no se arrodilla ni doblega a la mendicidad o mediocridad.
Somos seres de luz que con fe en Dios y sus semejantes transita la vida para marcar huella de logros, dejando trilla saludables para quienes siguen el mismo camino, porque sabemos que transitamos un camino antes trillado y sembrado del amor de nuestros ancestros. No somos egoístas, al contrario, creemos en la solidaridad y el trabajo compartido. Hemos aprendido a tomar decisiones y evaluar situaciones para asumir riesgos; tanto nos caemos y tanto nos levantamos, pero con el aprendizaje necesario para fortalecer nuestro carácter a base del trabajo creador.
Cada segundo es una aventura al amor, al vivir llenos de entusiasmo, humor y sentido del deber, que nadie se crea que el descanso es ocio, es renovadora pausa para recrear lo creado, asumir los hechos, comportarnos a la altura de las exigencias de vivir la vida que en la bendición de Dios disfrutamos vivir cada segundo de esta amada vida que nos ha tocado vivir.
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