viernes, 30 de abril de 2010

De padres e hijos…lo trivial es sumamente importante


Una vez me preguntaron, como mantener una relación armónica y saludable con los hijos y las hijas,… jhu, quizás en las cosas esenciales de la vida esa sea una de las fundamentales.

Cavilé un rato y al final de un breve segundo, exprese que fundamentalmente hay que hablarles de Padres a Hijos en el marco que el sublime amor filial motive la conversación llena de honestidad, respeto, comprensión, aprendizajes, aceptación, amplitud de criterios y sobre todo valorando su posición, al final de cuenta, quien está frente a Usted es amor de su amor.
Es de todos los días intercambiar ideas, posiciones, criterios, razones, opiniones, pareceres, conductas con los hijos; no hay un momento especial; No lo hay. El conversar con los hijos es un continuo de emociones y sentimientos que viene con cada segundo de la vida que se construye a su lado.

En los temas más agrios, aquellos que generan controversias, posiciones encontradas, que parecen insalvables, allí, es donde más comprensión debe fluir. Es el momento de la armonía. Ha mundo, es en ese momento que padre y madre y el adulto responsable debe comprender que los hijos son Seres Únicos y Maravillosos que tiene su propia identidad.

Es así, es allí donde mente abierta y corazón lleno de amor para armar la razón necesaria que le oriente, que ponga a prueba su intuición, la palabra que les brinde seguridad, estima y les invite a conocerse a sí mismo; que les ayude a construir una visión positiva, amable, amorosa y honesta de sí mismo.

Quien dice que la relación con nuestros hijos no tiene su bemoles, sus momentos agrios, Claro que si, De seguro los debe tener, porque son dos caracteres dos formas particulares de comprensión de la vida.

Lo realmente importante es que cada vez que exista controversia se impaga la comprensión que da el amor a quienes comparte intensamente la armonía filial de la paternidad.

Cada discusión o intercambio agrio de pareceres, debe estar precedido y finalizar con la caricia filial que nos cruza el de orgullo y admiración por comprender cuanto carácter y personalidad se está formando en nuestros hijos.

Una conseja, jamás dejemos de darles ejemplos, aprendizajes, oportunidades, razones para que ellos se llenen de amor para sí mismo y sus semejantes.


Que la Fe en la bendición de Dios sea quien nutra su fuerza espiritual, que la paciencia, la humildad y el aprendizaje constante sean luz de su carácter y personalidad y que el amor reciproco de padres e hijos sea el fundamento y orientación ética y de valor en su conducta.

Que inmenso es el amor de padres e hijos. Dios bendiga a nuestros hijos

2 comentarios:

Lss Rutas de Angelica dijo...

Dios bendiga a nuestros padres...

¡Cuánta verdad en este post!
Lo importante es el respeto mutuo, la comunicación franca y directa, sin exasperar a los hijos y sin faltarle a los padres...

Como siempre, un placer leerle.

Bendiciones infinitas.
Reciba un abrazo enorme.

Jade. dijo...

Muy de acuerdo con esto, lo importante es saber que todos somos seres humanos y debemos respetarnos unos a otros.

Un beso grande.