viernes, 14 de mayo de 2010


En la familia se conjugan la oración a Dios y el amor a nuestros seres queridos.

La oración es fuerza que nos conecta con Dios padre creador en todas sus manifestaciones y creencias. Lo importante es la humildad para reconocer con abnegación que somos sus hijos y lo amamos.

Cuando en la familia fluye el amor, quienes la integran alcanza la serenidad, para expresar las emociones que nos embarga ser parte de ella; de nuestra familia.

El amor a Dios y a nuestros semejantes se constituye en energía para la vida en familia.

La familia el espacio vital para es compartir anhelos y sueños, es estar consciente del esfuerzo necesario para crecer en valores y actitudes que trasciendan al ámbito social. Cada integrante de la familia es un bastión de fortaleza en valores y actitudes orientadas a la solidaridad, el respeto, la honestidad, el trabajo creativo, en fin al Amor necesario para que la Familia sea la Célula fundamental de la sociedad.

Una familia fuerte en valores comparte la oración y el amor como orientación en su proyecto de vida. La familia es la savia que nutre el amor, quien integra la familia es necesario para la unión. En ella nos recibieron a la vida, es nuestra protección y cultivo de aprendizajes a lo largo de nuestra vida. De una familia venimos, para una familia vamos.

Familia son nuestros padres e hijos, nuestros familiares y los familiares de nuestros familiares.
Es la familia llena de oración y amor lo que nutre el hogar, como ámbito donde se cultivan valores, actitudes que forman virtudes que nos dan el apego a la familia. Qué hermoso es recrear nuestros días con los hermosos recuerdos vividos en familia. Yo les garantizo que ese ejercicio nos da serenidad. Por más vicisitudes sufridas (no se niega que esos momentos puedan existir) siempre encontramos confortarnos con la oración y el amor en familia.

En el crecimiento vamos aprendiendo y fortaleciendo valores que orientan cada una de nuestras acciones individuales. Es el sello de nuestra familia, es lo que nos hace reflexionar y percibir situaciones, acciones y actitudes que favorecen o debilitan el carácter forjado en el seno de la familia.

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