sábado, 26 de diciembre de 2009

El trato que damos (I parte)

Cabimas Natura. José M Perozo P, 2005

Todos necesitamos relacionarnos con otras personas; es una necesidad interna, intrínseca al Ser, es el darse y dar amor, darse a la amistad,

a compartira prendizajes y crecimiento personal.


En fin, a creer en la gente, con el mismo fervor con el que creo en mí mismo

En ese sentido tenemos relaciones familiares, de amigos, de compañeros de trabajo o de simple contac,o como las que se dan el llegar a un sitio cualquiera y saludar con respeto a los presente.

La dinámica de las relaciones hoy día es vital para el desarrollo de los pueblos.

Tenemos desde las más personales hasta las que se establecen en Internet. que no se quiere deir que no sean extremadamente personales

Pero en todas debe estar presente la honesidad, el carácter democrático, no excluyente y de respeto con nuestro interlocutor.

El lenguaje soez, excluyente, discriminatorio, descalificador no contribuye para nada en las relaciones humanas. Demuestra muy poca personalidad y calidad humana de quien lo utiliza.


Lo segundo que podemos decir es que para trascender en una relación es aceptar a los demás tal y como son, sin idealizarlos ni verlos como deseamos que sean.

Si alguien discrimina, hace comentarios negativos sobre otras personas, engaña y estamos conscientes de que lo hacen y aun así lo apoyamos, significa que tenemos una visión distorsionada de lo que es una relación de amistad.


No estamos pidiendo que se conviertan en soplones o vigilia de sus amigos. Si pedimos honestidad en las relaciones. Aun cuando sea duro es necesario decir siempre la verdad y apartarse por lo sano de quienes consideramos por su comportamiento, no apegado a las normas y reglas de la amistad:


Se tu mismo, muestra tal y como eres y deseas que te observen los demás, con tu ideas y principios.
Así mismo, aceptar a los demás como son.
Mantén siempre una conducta honesta, responsable, estable y solidaria.



Algo a considerar para mantener una relación de calidad, es observar los valores que se compartes.


En la amistad aprendemos de las diferencias y de las coincidencias, por lo que no tiene sentido relacionarnos únicamente con quienes profesan gustos similares.

Respetando las diferencias de criterios, las relaciones se tornan más sólidas, que aquellas que se basan en la complacencia ciega aun a costa de nuestros principios.

Es importante que cuando se hace referencia al trato que tenemos con los demás esto incluye a nuestros familiares, amigos, compañeros de trabajo.

Parafrasear al Dr. Miguel Ángel Cornejo en lo referente a las “manos que tocan al cliente”; En fin, el trato que damos, es decir, cómo nos tratamos a nosotros mismos, nos da una idea de cómo trataremos a los demás.

Nos sé, en ocasiones somos firmes y duros con nuestra conducta, pero comprensivos y condescendiente con los demás. Pero, también somos capaces de sobrevaloramos nuestra conducta y despreciamos cada acto de nuestros semejantes.


El núcleo del asunto parece estar en la máxima que reza “Respetar y honrar nuestro valores y a nuestros semejantes”.

1 comentario:

Jade. dijo...

Muy buen escrito y estoy de acuerdo, hay que ser uno mismo ya que de nada sirve pretender ser de otro modo que suponemos más aceptable.

Creo que sentí una gran liberación cuando llegué a esa conclusión.

Te dejo un abrazo.