miércoles, 18 de enero de 2012

Virtudes.


Virtudes; sabiduría, intelecto y emociones

Autor: José M Perozo Piña Unermb-Venezuela


I
Virtudes, aptitudes que distinguen a todo ser humano, y las cuales al transcurrir de la vida se constituyen en un estilo de vivir, apegado a la razón y al comportamiento honesto, sosegado y paciente para creer en ti mismo yen tus semejantes

Nacemos con la gracia de ser seres racionales, capaces de sentir la voluntad espiritual de aspirar logros y crecimiento personal, que, a fuerza de tenacidad, honestidad y respeto por tus semejantes, labras un camino marcado por tu particular estilo de vida.

Somos seres espirituales que llenamos esa hermosa esencia, con emociones, el aprendizaje y la voluntad por logras objetivos, ganados a fuerza de cultivar nuestras virtudes.


II
Comprende que en tu comportamiento enérgico y honesto esta
la fuerza creadora de tus ideales.

Aquí estoy con errores e incertidumbres, pero con deseos,
ideales, proyectos y la voluntad de logros.

Eres resultado de tu fe espiritual y razón.

Lo que sientes en emociones y sentimientos, lo proyectas en comportamiento y acciones. Eres un ser que crece con el afán de fortalecer (o debilitar) las virtudes de las cuales eres dotado al nacer. Eres hijo de dios, para hacer de tu práctica social una acción solidaria, lejos del envilecimiento de la hipocresía, de la ostentación, la avaricia y el disfrute de oportunidades de lucro fortuito que se consiguen fraudulentamente en desmedro de tus semejantes.

Probar, por ejemplo la corrupción administrativa en funcionarios públicos; esta es una tarea nada más difícil. Ayer y hoy la consabida explicación es que se "Atacar a mansalva a un miembro connotado del partido, a un funcionario que desde abajo y a fuerza de su sacrificio ha logrado ahorrar para adquirir los modestos bienes materiales y financieros que humildemente posee y de los cuales se le acusa" (…y no vengan con el cuento de que se enriqueció vilmente para que su familia no pasara penurias o conservar el cargo)

Que fácil es justificar la riqueza financiera y la ostentación de posesiones materiales cuando el Ser espiritual es dominado por la sinrazón envilecida de la codicia y debilitamiento de virtudes, sembradas al calor del hogar. La vileza del acto de corrupción solo se prueba a si mismo, frente a la conciencia ante el debilitamiento de nuestras virtudes o simplemente el corrupto se hace el caradura y sínico" del comportamiento aprendido a la luz del cargo publico y los favores hechos o recibidos de los compañeritos del partido.

Este ejemplo permite ilustrar como la vigencia de nuestras virtudes es golpeada no solamente desde afuera con los "vicios de la sociedad". No somos débiles ovejitas victimas de circunstancias externas. Seguro que las hay en una sociedad individualista, consumista y con mininos deseos de logros. Seguro que ese peso socio económico cultural esta presente, sino donde estaría nuestra arraigada concepción ñangara de la vida. Siendo realista es necesario aceptar que pende de nosotros un desarraigo con todo lo que signifique un esfuerzo más allá de esperar el asistencialismo del Estado Benefactor. Nos cuesta creer que somos capaces de fortalecer nuestras virtudes y nos desconsuela verlas debilitar ante la inconsistencia del esfuerzo propio para cultivarlas, fortalecerlas y dinamizar su presencia ante los avatares de la vida.

Cuanto corrupto publico o privado pequeño no sustenta al regordete mayor. Cuantos empleados no son victimas de la presión corrupta de su superior o la inspiración corrupta no viaja de arriba a bajo como la cadena de mando.

Recibimos las virtudes espirituales como don de vida, nacemos con ellas y punto. No hay coeficiente que valga cuando la tenacidad del alma y la conciencia se unifican en un ser maravilloso lleno de luz, que sabe honrar su compromiso con la vida al fortalecer sus virtudes humanas y sociales al servicio de causas nobles

Cultivar virtudes es la practica diario que permite dinamizar y renovar nuestros ideales. Los ideales evolucionan, no son estáticos como un simple enunciado. Libertad, solidaridad, responsabilidad o igualdad son principios valorativos dinámicos, integrados a los cambios socioculturales de la historia de la humanidad.

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