miércoles, 28 de diciembre de 2011

Madre de Dios, sea en nosotros tu bendición


Sea la luz de nuestra amantísima madre de Dios quien ilumine nuestros senderos para caminar con paso firme llenos de fe, por los sueños que se desean construir con dignidad, solidaridad y el deseo de reconocernos como parte de este maravilloso mundo nos ha brindado en la gracia de Dios. Madre mía, en ti confió para lograr los sueños y la estabilidad que se necesita para continuar trillando en este camino de encuentros por vivir de la manera que deseo, lleno de aprendizajes, de felicidades y logros y de equivoco que en el camino se toman y se atinan a resolver en gracia de circunstancia que abren la posibilidad de probar la capacidad de crecer en la adversidad, sin evadirla.

Si nos equivocamos, pero se debe ser honesto y cuidadoso de no hacer que las decisiones conducentes a circunstancias adversas se propaguen.

Sea la luz que toca nuestros días para que el camino emprendido sea de nueva luz que nos guie hacia el crecimiento espiritual, ha rencontrase en la humanidad, en quienes contigo a diario conviven en familia, en la comunidad o en cualquier espacio circunstancial de vida.

Tres aspectos básicos en la vida, el primero es reconocerse en su dimensión espiritual y material. Reconocerse en los dones que Dios ha dado, utilizándolos con justicia y equidad. Están en ti, solo debes hacer el esfuerzo por abonarlos, potenciarlos y reconociendo que estarán en ti para bien o para mal. Es así, están en nosotros, nos toca hacerlos útiles para que nuestro camino sea de fertilidad aun en las condiciones mas adversas.

El segundo es reconocer las bondades de nuestros semejantes, así como en nosotros esta el amor, la paz o la felicidad; no solamente en nuestros semejantes hay envidia o rencor. La envidia esta en todos, solo que la aminoramos o la potenciamos. La controlas o la dejas que te domine. Así como tú es tu semejante; solo reconocernos como iguales nos hará justos.

En tercer lugar las condiciones en las cuales se manifiesta la vida que deseas vivir; circunstancias que albergan condicionantes dominantes de nuestros deseos o anhelos. Reconocer que están y que son dinámicas, nos permiten comprender que los logros se fundamentan en la estrategia de conjugar fortalezas humanas y espirituales con oportunidades circunstanciales, para, desde el desaprender aptitudes agregando valor a nuestros dones con fe en nuestros aprendizajes, habilidades mentales, físicas y sociales y fundamentalmente creyendo en la gente que a nuestro lado potencia deseos de una vida mejor.

En eso creo, y lucho férreamente para lograr que entre mis seres queridos se potencie el deseo de logro, de búsqueda constante de la superación, que nadie logra nada que no se proponga o da algo que no tiene o no desea dar. Es el camino de rencontrase permanentemente. Renovarse constantemente es lo que nos brinda la superación y el logro.

Se llena el alma de gozo cuando se siente la libertad de entregarse a reconocer infalible. Es un principio de crecimiento personal, así como el perdonar. Son dos valores que potencian el alma, tan gratificante debe ser para quien otorga el perdón, como quien se reconoce errado en algún proceder u opinión. Solo las circunstancias nos indicaran en que lado nos encontramos.

Sea cada día un nuevo día para alcanzar vivir de la manera que se desea vivir.


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