Los hábitos de estudio son la mejor y más eficaz estrategia del éxito académico, es la actitud que determina nuestro buen desempeño académico, integrado al tiempo que dedicamos y el ritmo que le imprimimos a nuestro tiempo de estudio fuera del aula de clase..
Durante la educación primaria, por lo general, incorporando hábitos de estudio de manera no sistemática, ya que no suelen enseñarse directamente, es el niño y niña vinculando juegos y resolución de tareas o deberes en el hogar. Pero así mismo, son los padres, formando el hábito para que ese niño, niña o adolescente se inicie en la aceptación voluntaria de horarios, sitios, actividades dirigidas a realizar actividades escolares en el hogar.
Tanto la secundaria y la universidad, reciben adolescente y jóvenes diestros y habituados al estudio. Por ejemplo, al iniciar la universidad no sólo tienen más contenido y niveles de exigencia, sino que tienen menos control de sus padres, bien porque se trasladan a otras ciudades a cursas estudios universitarios o simplemente porque su entorno familiar los supervisa menos. Esto es son jóvenes que ingresan a un sistema de estudios universitarios que los considera responsables de su formación.
Así, comenzar la universidad exige mejorar sus estrategias de organización del tiempo, su habilidad para tomar notas, sus técnicas de búsqueda y selección de información, su atención y concentración prolongadas.
Conocer y entrenarse en hábitos de estudio que potencien y faciliten nuestra habilidad para aprender, son pasos clave para sacar el máximo provecho y conseguir el mejor rendimiento en nuestros años de formación académica.
Durante la educación primaria, por lo general, incorporando hábitos de estudio de manera no sistemática, ya que no suelen enseñarse directamente, es el niño y niña vinculando juegos y resolución de tareas o deberes en el hogar. Pero así mismo, son los padres, formando el hábito para que ese niño, niña o adolescente se inicie en la aceptación voluntaria de horarios, sitios, actividades dirigidas a realizar actividades escolares en el hogar.
Tanto la secundaria y la universidad, reciben adolescente y jóvenes diestros y habituados al estudio. Por ejemplo, al iniciar la universidad no sólo tienen más contenido y niveles de exigencia, sino que tienen menos control de sus padres, bien porque se trasladan a otras ciudades a cursas estudios universitarios o simplemente porque su entorno familiar los supervisa menos. Esto es son jóvenes que ingresan a un sistema de estudios universitarios que los considera responsables de su formación.
Así, comenzar la universidad exige mejorar sus estrategias de organización del tiempo, su habilidad para tomar notas, sus técnicas de búsqueda y selección de información, su atención y concentración prolongadas.
Conocer y entrenarse en hábitos de estudio que potencien y faciliten nuestra habilidad para aprender, son pasos clave para sacar el máximo provecho y conseguir el mejor rendimiento en nuestros años de formación académica.
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