sábado, 6 de noviembre de 2010

Navidad, tiempo de fe y esperanza en la vida que se construye



La navidad no es solo soñar y empezar proyectos, hay que ser perseverante e insistir hasta hacer realidad proyectos y sueños.


La natividad es tiempo de redención y crecimiento en favor de la fe y la esperanza en el mañana lleno de caminos de fe y esperanza en la vida que se construye en familia. La natividad es tiempo de paz espiritual, alimento del alma y sueños a lograr.

Navidad es convivir en armonía, de integrarnos en un solo universo de fe y esperanzas, que formado por miles de pareceres, seamos uno solo para habitar el planeta que nos da cobijo y con el humano que, al igual que tú y yo, necesita de nosotros para sonreír y dar y recibir amor.



Somos seres llenos de la luz divina de la fe y la esperanza en Dios, de la gracia de la Virgen María Madre Santísima que abrió su corazón para darnos su amor incondicional, sabio y noble.


La navidad es renacer en el amor, sea la familia núcleo fundamental para fortalecer en amor en nuestra sociedad. El amor ennoblece, sin que menoscabe principios y valores. El amor no pide ni busca doblegar nuestros principios, al contrario, los fortalece con la comprensión y la sabiduría de quien aprende que es facultad de seres nobles de corazón.

Somos unión indisolubles de pensamientos dispares, hasta para elegir la tonalidad de gris que va con nuestra personalidad, pero con la conciencia clara que somos apenas un puntito de un conglomerado humano que habita en este planeta Tierra que nos cobija sin pedir nada a cambio.

La navidad es puerta de inicio de sueños y anhelos, de deseos que saldrán de nuestro afán de buscar en la redención la fuerza para que cada año que viene, sea pleno de esperanza. Nunca dejemos de soñar, ni perdamos de vista nuestros deseos. Ellos son el puente de alegrías y renovación de voluntades en los días por venir, de un año nuevo.

Recuerda que cada día es el primer día de la vida, lleno de la vida que has vivido.

Deseamos en familia, que esta navidad sea la oportunidad para abrir nuestros corazones a la vida llena de esperanza; Siendo cada quien hijo de la humanidad para dar fe de la existencia de seres de luz capaces de convivir en armonía y llenos de amor.